Como artista marcial mi labor fundamental es desarrollarme a mí mismo física, mental y espiritualmente; para mantener mi cuerpo en buena condición, para mantener mi mente fuerte y virtuosa, y para mantener mi espíritu encomendado a honrar los principios de caracterizan al guerrero.
Yo mantendré mi entrenamiento de artes marciales al máximo posible según mi posibilidad como ejemplo para todos, yo mantendré mi coraje frente a la adversidad, amenaza o daño, desarrollaré mi autocontrol, y constantemente seré consciente del bienestar de los demás. Mostraré integridad en mis decisiones, acciones y comportamiento, seré un ejemplo al obedecer las reglas y regulaciones de mi asociación.
Tengo un deber con los demás como practicante y maestro de artes marciales. Impartiré mis clases de modo profesional y sin alterar por sentimientos personales, prejuicios ni animosidades. Trataré a todas las personas con el debido respeto y nunca actuaré de modo perjuicioso. Mis decisiones profesionales serán bien razonadas y objetivas, nunca derivadas de mis motivos personales o sentimientos. No comprometeré mis enseñanzas o las de aquellos que vinieron antes de mí, y reconozco que soy el producto de un honorable y respetado linaje. Representaré los ideales más altos de las artes marciales y nunca emplearé la fuerza innecesariamente o la violencia hacia ninguna persona.
Reconozco mi rango como un símbolo de mi compromiso hacia el arte que yo elegí, y acepto como responsabilidad hacia mí mismo y hacia otros el ser honrado con este rango mientras me mantenga cumpliendo el código de ética de las artes marciales. Constantemente lucharé por alcanzar estos objetivos e ideales, y dedicaré mi vida a esta ambición mientras pueda mantenerme en el dojo.
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Manual de Examen para el Cinturón Negro
George E. Mattson – 10° Dan Uechi Ryu
Presidente de IUKF