
Su práctica constante fortalece el cuerpo a través de ejercicios de acondicionamiento físico, práctica de las katas (formas) y otros ejercicios individuales y a la práctica de kumite (combate). Pero también apunta a forjar el carácter y fomentar el crecimiento del practicante como parte de su comunidad. Para ello el Karate se basa en principios de respeto, justicia, armonía y esfuerzo.
Este arte marcial es originario de Okinawa, una pequeña isla al sur de Japón cuya historia nos señala que siempre han sido un pueblo remarcablemente pacífico, y se lo conoció como tote u okinawa-te. Antiguamente sus estilos se dividían por zona geográfica: Naha-Te, Shuri-Te y Tomari-Te, etc. Recién en el siglo XX se comienza a emplear el término de Karate-do, que significa el camino de la mano vacía, y se inicia el camino a la internacionalización del arte.


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