Hay padres que tienen una buena idea de lo que son las artes marciales porque quizás ellos mismos pudieron practicar de jóvenes. Pero también hay mucha gente que no tiene nada de idea de lo que hacemos, y cuando alguno de sus hijos pide ir a tomar clases de karate, se viene una catarata de inquietudes en la mente de ese padre.
Sabemos que muchos papás no hacen todas las preguntas que tienen por temor a importunar o por quedar como prejuiciosos, y recién después de conocernos un poco mas vienen y nos cuentan.
Así que decidimos compilar acá mismo todas las consultas que nos hacen, con sus respuestas correspondientes.
Consideramos dentro de la categoría infantiles a todos los chicos hasta 12 años, edad en la que empiezan a transicionar a juveniles (15 años) y se les da un entrenamiento con mas elementos de las clases de adultos.
¿Cuáles son los objetivos de las clases de Karate infantil?
Nuestros objetivos generales son:
- Desarrollar los aspectos técnicos básicos del arte marcial, trabajando en las capacidades motrices por edades.
- Realizar ejercicio físico de acuerdo a la edad del practicante.
- Aprendizaje de las reglas básicas de convivencia en el dojo:
- Respeto por los compañeros y por el sensei.
- Higiene personal y del espacio compartido.
- Comprensión y respeto de las consignas de los ejercicios.
- Desarrollo sano de una visión de sí mismo.
- Valoración de la disciplina y la constancia.
- Resolución de conflictos, defensa de su integridad.
¿Qué hacemos en las clases?
El formato de las clases de karate infantil consiste en:
- Saludo inicial.
- Entrada en calor.
- Técnica básica, desplazamientos, ejercicios combinados.
- Kata (forma), bunkai (aplicaciones).
- Ejercicios básicos de a dos, combate prearmado (sin contacto al cuerpo).
- Saludo final.
Además, una vez a la semana:
- Simulacro de torneo, de examen o exhibición según calendario.
- Juegos aplicados a Karate
- Defensa personal para niños
- Charlas sobre violencia, derechos y obligaciones en la convivencia.
¿Mi hijo va a aprender a pelear?
Nuestra intención es que empiece a practicar los elementos necesarios para aprender a hacer combate (Kumite) reglamentado. Si bien no existe el contacto en nuestras competencias hasta que llega a la adolescencia, vamos preparando a los chicos para ese momento.
Cada chico es único, y respetamos los tiempos y necesidades de cada uno. Algunos en pocos meses ya pueden hacer ejercicios de combate con un altísimo grado de control, y otros demoran uno o dos años inclusive.
En lo que se refiere a defensa personal ofrecemos un programa separado por edades (6 a 10, 11 a 15, y adultos por separado) en donde les explicamos los conceptos básicos de acuerdo a su madurez.
¿Mi hijo va a aprender a pegarle a los matoncitos del colegio / escuela?
No. Nosotros alentamos a que los niños puedan defenderse pero no a que devuelvan esos golpes ni hagan justicia por mano propia.
Instruimos a los chicos para que hablen con sus padres, docentes y directivos sobre situaciones de violencia que experimenten en el colegio.
Realizamos charlas en el dojo sobre actos de violencia frecuentes y los ayudamos elaborando estrategias para que los chicos no sean foco de agresiones en el aula.
¿Son obligatorios los torneos y las exhibiciones?
No. Simplemente son buenas oportunidades para que los chicos pongan a prueba lo que aprendieron, pasen una jornada con otros chicos con intereses similares y aprendan de maestros de otros estilos de karate.
Se realizan 4 torneos al año y 1 exhibición como mínimo. Si pueden asistir al menos a un evento al año le van a dar la oportunidad al niño de ver algo diferente.
¿Son obligatorios los exámenes?
No. Nunca obligamos a los chicos a hacer algo que no quieren, pero si los incentivamos a que busquen presentarse a un examen para poder graduar y aprender cosas nuevas en algún momento.
Hay varios exámenes al año y los practicantes son convocados a rendir de acuerdo a su capacidad técnica y a su edad.
¿Con cuanta frecuencia rinden examen?
Cada niño es único y algunos tienen mucha mas capacidad de absorber los contenidos que otros. Nuestro sistema de graduaciones fue planificado siguiendo el exitoso programa de IUKF en EEUU, y nos permite realizar varios exámenes por alumno durante el año, para que vaya ganando las menciones que necesita para pasar definitivamente de color.
De este modo los chicos pueden ser evaluados mas seguido y pasan de color recién al año de práctica.
Cualquier principiante que asista al menos 10 clases por mes, puede presentarse cada 3 meses a examen el primer año, luego empiezan a espaciarse los tiempos cada 6 meses, cada 9 y finalmente anuales dentro del programa de Kyu (colores).
¿Cuánto le falta para llegar a cinturón negro?
Los chicos, al igual que los adultos, deben atravesar 10 kyues para llegar al cinturón negro.
Sin embargo un adulto puede absorber todos los contenidos para primer dan (cinturón negro) en 4 años, y un infantil no. Hay cuestiones que hacen a la madurez (física, psíquica y emocional) que retrasan el proceso para llegar a cinturón negro en los infantiles.
Nosotros ponemos un piso de 14 años de edad y 6 años de práctica para acceder al cinturón negro juvenil (Junior Shodan, con una franja blanca en el medio) y 18 años de edad para acceder al Shodan de adulto.
¿Y cuándo llega a cinturón negro ya sabe todo?
Cuando el practicante llega a cinturón negro se da por concluida la etapa de incorporación técnica y ahora debe solidificar esos conocimientos puliendo diferentes aspectos de un karate-ka.
También se puede decir que comienza la formación de diferentes facetas del practicante (docente, competidor, árbitro, etc.) y las diferentes especializaciones que puede, o no, querer desarrollar.
Hay 10 rangos de cinturón negro y es una actividad que muchas personas eligen practicar de por vida, ya sea para seguir aprendiendo, para mantenerse en forma o porque simplemente en el dojo se sienten “como en casa” y les resulta un buen método para mantener bajo el nivel de estres.
Mi hijo se portó mal / no cumplió con los objetivos en el colegio ¿Le “saco” Karate?
En Karate solemos premiar el esfuerzo del niño, no solo en asistencia y actitud en la práctica, sino también en otros aspectos de la vida.
Si un niño tiene problemas, lo ideal es que el padre se lo comunique al sensei y que juntos decidan un camino a seguir, trabajando mancomunadamente. El sensei siempre apoyará a los padres, que son quienes deciden como educar a sus hijos.
Una medida bastante frecuente cuando un alumno tiene una conducta regular, o bajas notas en el colegio, es explicarle que hasta que no mejore su situación no va a poder rendir examen. Como los alumnos infantiles están muy deseosos de pasar de cinturón, este tipo de medidas suele incentivarlos para mejorar su conducta o levantar las notas.
Mi hijo le pega a su hermano y tengo miedo de que lo lastime.
El niño que asiste a Karate paulatinamente aprende a pegar y desarrolla un golpe que puede lastimar. Tanto el padre como el instructor deben hacerle ver de su capacidad y enseñarle a controlar su temperamento.
Este comportamiento se trata conversando con el niño y ofreciéndole alternativas para manejar su ansiedad. Generalmente la conducta se corrige con métodos de entrenamiento que puede realizar en su casa y con charlas para que comprenda las potenciales consecuencias de sus acciones.
Mi hijo volvió enojado de una clase de Karate y no quiere seguir yendo.
Cada niño responde diferente a los ejercicios de contacto físico con otros niños, o a las pequeñas pruebas que se les toma durante las clases, o bien a las llamadas de atención.
Sería interesante conversar con el niño para comprender el origen de su frustración para poder trabajar sobre ello y ayudarlo a superar esa pequeña prueba de carácter.
No nos olvidemos que nuestra misión es brindarle herramientas para que el día de mañana pueda resolver por si mismo cualquier problema que enfrente. Ayudémoslo a enfrentar sus problemas sanamente, y no a abandonar cuando las cosas se ponen difíciles.
Bien sabemos que la capacidad de continuar a pesar de las dificultades, es una característica de las personas mas exitosas en la vida, y esto se debe aprender en la infancia.